Las obras de Suda 51 y del estudio Grasshopper Manufacture no son fáciles de digerir y
Killer is Dead no es una excepción. El equipo responsable de propuestas como
No More Heroes y
Lollipop Chainsaw vuelve a la carga para ofrecerle al sector de los videojuegos
algo diferente y original, alejado de los productos típicos que aterrizan en las tiendas semana tras semana. Lo cual no significa que sea bueno, simplemente diferente. Arriesgado también.
Vaya por delante esta premisa:
Killer is Dead no es un título para todos los públicos. Habrá jugadores que lo amen con todas sus ganas y otros que lo detesten con toda su alma, como viene siendo habitual con los juegos sacados de la imaginativa y delirante mente de Suda. El mundo que rodea a esta aventura de acción es tan inesperado y aleatorio que una cosa está clara: lo nuevo de Grasshopper llama la atención a cada segundo de juego.
El gigoló asesino de monstruos Entrar a valorar el argumento de
Killer is Dead es poco menos que intentar discernir entre lo ridípompis y lo sublime en
La Hora Chanante. El jugador se mete en la piel de
Mondo Zappa, un asesino que debe viajar por el mundo para cumplir los diferentes encargos para los que la organización en la que trabaja es requerida. La propuesta se articula en torno a
varios capítulos en los que deberemos luchar contra diferentes enemigos hasta llegar al monstruo final, siempre secundados por personajes de toda índole y condición, sin olvidarnos de las sensuales compañeras de Mondo.
Killer is Dead se asienta en una
jugabilidad directa y sencilla, al menos en apariencia, en la que solo deberemos pulsar un botón para ejecutar los diferentes movimientos de nuestra katana,
la estupenda hoja Gekkou, que nos permitirá librarnos de los enemigos conocidos como
Wires. Según aniquilemos a estos monstruos podremos recoger automáticamente diferentes objetos que
nos permitirán mejorar nuestras habilidades y estadísticas (mejorando la barra de salud, por ejemplo), haciendo de Mondo un asesino aún más peligroso.
La sangre de los rivales será recogida de manera automática por Gekkou, lo que nos permitirá realizar
ejecuciones especiales y el ataque conocido como
Adrenaline Burst, imprescindible para eliminar a los enemigos finales y más peligrosos, un combo devastador que demuestra el verdadero potencial “mata monstruos” de nuestros protagonista. Además, con la sangre recolectada tendremos ocasión de utilizar una segunda arma,
el brazo mecánico Musselback, con el que tendremos ocasión de disparar a cualquier bicho que se mueva dentro de nuestro rango de acción.
Otras tareas para Mondo Junto con las misiones principales,
Killer is Dead nos presenta diferentes
minijuegos y misiones secundarias que amplían la experiencia ideada por Suda 51 y su equipo, todas ellas accesibles tras localizar a la enfermera sexy, Scarlett, al finalizar cada nivel. Por una parte descubrimos las
misiones de gigoló, en las que deberemos conquistar el corazón de alguna fémina a base de regalos y miradas furtivas a su escote y otras zonas calientes (en serio) y por otra accederemos a diferentes minijuegos extraídos directamente de la historia principal que añaden más duración a la propuesta.
Killer is Dead es un título corto (no llega a las ocho horas), por lo que seguramente algunos usuarios quedarán decepcionados ante la escasa duración de la propuesta.
El nivel de dificultad juega un papel importante dentro de la experiencia que propone
Killer is Dead, por lo que aquellos interesados en conseguir superar el título al 100% deberán optar por el nivel máximo, todo un reto al alcance de los jugadores más experimentados. Cada una de las diferentes misiones nos plantea un tipo de jugabilidad diferente en ciertos aspectos, aunque seguir el camino de la historia será completamente lineal. La increíble creatividad de Grasshopper Manufacture termina pasando factura y afecta al desarrollo jugable de la trama, que dejará a muchos jugadores con una sensación agridulce tras completar la propuesta.
Para hacer algo más variada la aventura y alejarnos ocasionalmente de los escenarios pasilleros y cerrados,
Killer is Dead plantea varias escenas motorizadas o de persecución bien representadas y de lo más divertidas, con
mención especial para los monstruos finales de cada capítulo. Estos grandes enemigos nos obligarán a ofrecer lo mejor de nosotros mismos para poder acabar con ellos, aportando la variedad necesaria al conjunto de monstruos horripilantes a los que deberemos aniquilar.